Como el mismo autor explica, cuida el detalle del dibujo y la perspectiva. En las calles, como un “sello personal” las Hermanitas de la Cruz y algún burrito equilibran el cuadro.
Ahora se desciende a las personas que dan vida al pueblo, a sus costumbres y hábitos, llegando en algún caso al retrato personal de algún personaje que destaca no por su importancia, sino por su atractivo pictórico o costumbrista.